Nuestro corazón debe estar preparado para ser un vaso siempre útil así el que reina en nuestros corazones y vive en nosotros puedrá utilizarnos libremente.
Es así como debemos entender que no debemos ser tropiezo para nadie, el amar a prójimo también comprende que valoremos a las personas y que comprendamos el valor que tiene cada ser humano para Dios, es por eso que el Espíritu ama a los niños y ellos son inocentes y pueden creer libremente, pero lo importante es que si no dejamos de amar y valorar al próximo no lo menospreciamos ni tenemos un alto concepto de nosotros al Espíritu Santo siempre le van a importar las vidas de las personas, así que si lo amas debes amar a quien ama.
En Marcos 9:36-37 dice: "Luego llamó a un niño y lo puso frente a ellos. Lo tomó en sus brazos y les dijo: Si ustedes aceptan a un niño como éste, me aceptan a mí. Y si me aceptan a mí, aceptan a Dios, que fue quien me envió." En realidad no es solamente a los niños aunque para la Trinidad son muy importantes, muy especiales y muy amados por ellos, por eso es que debes ser como un niño, crédulo, inocente y obediente, dócil, corregible, etc. El ejemplo del niño puede representar a una persona que en el caminas en el Señor es un fruto nuevo, pero amado por Dios, así que no debes menospreciarlo, porque allí está el Señor protegiéndolo, guiándolo y si la Trinidad así lo ve, así lo ama entrañablemente así debes tú amar a tu prójimo, por eso oro porque el Espíritu Santo, que escudriña cada corazón te muestre el verdadero amor, te llene para que puedas dar de ese amor que recibes, de ese amor perfecto, sin egoísmo en el nombre de Jesús. Amén.
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