Al recibir las promesas de parte de Dios, las bendiciones que por mucho tiempo estabas esperando o esa sanidad en tu alma y tu cuerpo que quizás toda tu vida esperabas o que te estaban atormentando desde hace algún tiempo, no te olvides de glorificas a Jesús.
En Lucas 17:12 "Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos, y alzaron la voz, diciendo: !!Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!" Jesús tuvo misericordia de ellos y los envió de regreso con el sacerdote y en el camino fueron sanados, Jesús no dudo en sanarlos porque le buscaron y creyeron al igual que tu cuando necesitas un milagro una respuesta inmediata el pronto auxilio de parte del Señor, y en Lucas 17:15-16 dice: "Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano." A pesar de ser extranjero, samaritano regresó muy agradecido y glorificando al Señor, pero en el momento Jesús hace una reflexión: "Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado." Lucas 17:17 - 19, los demás no volvieron solo este extranjero, no hagas de la manera de los otros nueve que no regresaron a glorificar al Señor, que no sea solamente alguno que esté al lado que recibió también su milagro sino que seas tu contado entre los que agradecieron las maravillas que el Señor ha echo en tu vida.
Este leproso además de recibir la sanidad física recibió su salvación, así es Dios no se queda con nada, además de darte un milagro quiere darte más pero sigue el ejemplo del samaritano y agradece lo que Dios te ha dado por eso oro porque con gratitud en nuestro corazón estemos todos los días, porque Dios nos ha dado su presencia, su amor y sobre todo la salvación por medio de Cristo Jesús, que cada día sea un día más para estar agradecidos en el nombre de Jesús, Amen.
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