Una sana relación matrimonial, va de la mano con la palabra de Dios, si amas a Dios amas a tu pareja porque el verdadero amor viene de Dios.
En 1 Corintios 7:4 Pablo le recomienda a la iglesia a no negarse el uno al otro, porque el cuerpo de la mujer y del hombre no le pertenecen a ellos en el matrimonio sino se perteneces el uno al otro. " La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer."
Si quieres tener un matrimonio feliz, pon a Dios en el centro de todo y el hará todas las cosas nuevas.
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