Tu que has conocido a Dios y te has encontrado con Él, no puedes dejar de decir lo que Dios ha hecho contigo, por esto es necesario que hables a otros y que les cuentes para que juntamente contigo crean en Cristo.
En Romanos 15:20 dice: “Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno”. Pablo se esforzaba y pasaba todo tipo de pruebas pero era perseverante, el conocía el llamado que Jesús le había hecho, el Espíritu Santo estaba con él y era quien le daba la fortaleza para enfrentar cualquier situación.
Así como hizo Pablo, con esfuerzo predicó la palabra donde no conocían de ella, para no estropear la obra que otro ya había iniciado, no te preocupes si el Espíritu Santo va contigo hasta el corazón más duro va a ser quebrantado, pero no dejes de contar lo que has visto y oído.
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