
Después de una gran batalle viene la victoria y aunque no quieras ir a esa batalla pero fuiste empujado por Dios a llevarla, revístete de poder, llénate del Espíritu Santo para que puedas regresar victorioso en la batalla que hay en tu mente y corazón.
"Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo." 2 Corintios 12:9, Es hora que des gracias aún por tus debilidades porque saldrás victorioso.
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