Si sientes que no has alcanzado las promesas de Dios en tu vida o que no avanzas, tu que has creído en la promesas de Dios pero aún estas esperando la bendición, confia en Dios y no desmayes porque Dios no se ha olvidado de ti.
En Isaías 54: 2,3,4 dice: «Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas. No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria.»
Dios quitará tu vergüenza, te dará honra y ensanchara tu territorio.
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