Cuando te dedicas a juzgar las aptitudes de otros, debes saber que tu mismo no eres justo y que si juzgas seguramente duramente serás juzgado, como está dicho: « Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; Romanos 3:10 »
Pero algunas veces estás del otro lado, donde tu eres juzgado, si es injudtamente Dios te hará justicia y si has cometido errores abogado tenemos para que puedas soportar la crítica. «¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa, afirma que nosotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes? Romanos 3:8»
Si haz actuado con justicia o con injusticia, puedes rendirte a Dios, el perdonará tus faltas, Él te está esperando porque Dios no hace acepción de personas.
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