lunes, 2 de mayo de 2016

La bendición de la obediencia

En lo personal creo que hay varias formas de desatar bendiciones y una de ellas es la obediencia.
 
En Marcos 11:1-3 dice "Jesús envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego que entréis en ella, hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo. Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá". La obediencia de los discípulos marcó la diferencia en hacer lo más fácil por salir del paso o hacer lo que Dios nos manda hacer.  Pudieron haber habido muchas formas para conseguir el pollino para que Jesús entrara a Jerusalén, o bien los dos discípulos omitir algún paso de la orden que Jesús les dió, pero cuando Dios habla a tu corazón y estas completamente convencido que es Él quien te habla muy difícilmente puedes resistir hacer lo que te está pidiendo que hagas, pero para hacerlo muchas veces necesitamos valentía, mucha valentía, ya que viene la duda de que si es de Dios o no, el que dirán, el pero... que ponemos para querer hacer las cosas  y las queremos hacer a nuestra manera, únicamente a nuestra manera y no a la manera que Dios nos dice.
 
Recientemente, he tenido la oportunidad de experimentar este tipo de bendición el que se desata por la obediencia, puedo decir que mis ojos fueron abiertos y quedé maravillada de ver nuevamente la misericordia de Dios sobre la vida de mi familia y la mía, ya que después de un tiempo de resistirme a su llamado y luchar bajo mis propias fuerzas, recibí departe de Dios una simple orden para ponerle fin a un capitulo importante de mi vida y abrir las puertas a nuevos inicios y en un momento tan especial que Dios me visitó y sentí su presencia  pero con ella una breve solicitud y no pude estar más que convencida de que era lo que mejor me convenía hacer, en mi caso el perdonar y acercarme con el más profundo amor a las personas que de alguna manera habían causado un tropiezo en mi vida, pero en ese mismo momento que Dios me hablaba pude ver muchos instantes a lo largo de mi vida en los que me faltó valor para hacer algo.  Y no pude más que comprender que para obedecer hay que ser valientes y esa valentía nos la da el Espíritu Santo quien nos guía y dispone todo para poder cumplir con lo que Dios nos manda hacer y cuando propicie a cumplir con lo que Dios me había mandado, vino una gran satisfacción a mi vida y ya estaba recibiendo muchas bendiciones, pero Dios dá más abundantemente de lo que pedimos o pensamos y mi familia y yo empezamos a experimentar un nuevo nivel de bendiciones como un chorro que fluye y fluye y no deja de fluir, pronto muchas respuestas y peticiones empezaron a ser cumplidas y recordé que alguien alguna vez me dijo que Dios me cumplía hasta mis caprichos, pero en realidad Dios conoce los deseos de nuestro corazón y es tan especial que es detallista y me ha concedido hasta los mínimos detalles y hoy puedo decir que entré a un nuevo nivel de bendición y si hay cosas que estoy esperando que Dios responda, pero Él lo hará ya que Dios es ilimitado y lo hará de una manera especial en mi vida y en tu vida también.
 
Hoy oro para que todo mandato escrito en su palabra podamos cumplirlo sin temor, con valentía y que no quedemos en el intento, sino que podamos cumplir con aquellas cosas que Dios nos manda hacer, aún con las solicitudes más difíciles para nosotros pero con la ayuda de Dios y del Espíritu Santo podamos cumplirlas y que esa bendición que viene por añadidura sea desatada sobre tu vida ese nivel de bendición extraordinario, el que se desata por ser obedientes, en el nombre de Jesús, Amén.

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